Declaro.


Pensar en origen es pensar en la casa materna, 
en ese verde primario que se asomaba por la ventana, 
también en esas formas que nos acunaban
 y mecían con tonadas silenciosas.    
Pintar orígenes es sumergirse en lo más profundo, 
en el negro-matriz
en el blanco-alba, es dar un grito a la vida.  
Pinto orígenes porque muestro con eso lo que me es propio. 
Muestro lo más auténtico dentro de lo íntimo: 
una mirada al nido, una casa y su suerte, símbolos. 
Y si me piden una imagen de mí puedo darles ésta: una flecha clavada en mi pecho, 
un dormitorio amoblado con raíces, casas, 
laberintos, nubes... 
No hay mucho más que decir, 
con mi obra pueden verme si gustan, 
como un guante vuelto hacia afuera.

Entradas populares